¿Cuántas horas estás conectado a internet? ¿Y a las redes sociales? Según el último estudio publicado por la web Trecebits, los europeos pasamos una media de 14,8 horas a la semana conectados a internet, bien sea desde un ordenador o desde un teléfono inteligente. Sin embargo, aunque se puede discutir la fiabilidad, o no, de este dato, la razón de este artículo se aleja del análisis del tiempo y el uso que hacemos de internet y plantea la siguiente pregunta: ¿Ha llegado la revolución 2.0 al mundo de la literatura? ¿Cómo integran los autores las redes sociales o internet en sus tramas ficticias? He rescatado algunos ejemplos de libros que me he leído donde internet era un eje fundamental para seguir el ritmo y el hilo de la historia
El primer ejemplo nos traslada hasta la literatura juvenil y a un autor que consiguió que su libro fuese publicado por una editorial gracias a las redes sociales (tema del que hablaré en otro post). Quizás por ello no es de extrañar que Blue Jeans, pseudónimo de Francisco de Paula, haya dado tanta importancia a la comunicación 2.0 en su trilogía de Canciones para Paula. En sus tres libros, cuyos protagonistas son jóvenes de edades comprendidas entre los 15-18 años, el autor sabe reflejar con maestría el poder de comunicación que tiene internet entre los jóvenes. El ejemplo más repetido en los libros es el del ya desaparecido Messenger pero que bien puede extrapolarse a otros servicios de mensajería instantánea como Whatsapp o Line. Igualmente, el autor es fiel al comportamiento real que tienen los jóvenes ante estas tecnologías ya que, a parte de integrarlas en su día a día y ser su fuente de comunicación más utilizada, es capaz de reflejar las reacciones que este uso suscita tanto en los jóvenes como también en sus padres.
Otro ejemplo menos agradable lo encontramos en la novela El profesor de John Katzenbach. En él, el autor se sirve del lado más oscuro de internet para crear una atmósfera agobiante y asfixiante tanto para los protagonistas como para el propio lector. En este caso, la trama del libro no se entendería sin el componente tecnológico ya que trata sobre el secuestro de una joven a la que, posteriormente, el protagonista graba para colgar su comportamiento en internet. Sin duda, John Katzenbach muestra en este libro el lado más oscuro de internet, los peligros que conlleva su mal uso y el daño que puede generar en terceras personas si no se gestiona bien.
Finalmente, me he decidido por el ejemplo más romántico y simpático sobre libros cuyas tramas no se entienden sin el componente que juega internet. Os hablo de Contra el viento del norte y Cada siete olas de Daniel Glattauer. En esta ocasión, la equivocación por parte de Emmi, la protagonista, a la hora de mandar un correo electrónico genera una corriente de mensajes entre ambos protagonistas que no se conocen físicamente pero que empiezan una relación que se mantiene, y que va creciendo, a base de emails.
Tres ejemplos, tres maneras de entender internet y la comunicación 2.0 como elemento creativo a la hora de generar una historia de ficción y plasmarla en forma de libro. Y es que si internet y las redes sociales han venido para quedarse, la literatura contemporánea ha sabido hacerse eco creando libros actuales y que, como se ha visto, muestran las diversas aristas que tiene la red.
Post Escrito por Marina Ortega GRACIAS…. Cargada con Libros
Es normal que los autores contemporaneos que escriben sobre la época actual hablen sobre internet y las redes sociales porque a día de hoy, no hay nadie que no tenga un ordenador en casa con conexión a internet o un smartphone…
Muy interesante tu árticulo!
Besos!