Es un día cualquiera. Entramos en Facebook. Revisamos las notificaciones, eliminamos las cientos de solicitudes de “Me gusta” a distintas páginas, no sé quién te invita jugar o a probar el calendario de cumpleaños, el candy crash etc… Una vez que tenemos actualizado nuestro Facebook llega el momento de entrar en nuestro muro tranquilamente.
Y como dice Sheldon de Big Bang Theory… ¡Zas, en toda la boca! Tu amig@ está embaraza pero ¡qué alegría! piensas al momento. Ay, que equivocado estás. Lees su estado y seguro que no dista mucho de estos ejemplos: “Estamos embarazos”, “Dentro de 9 meses seremos padres” o los más creativos se decantan por “La familia se amplia”. Y tú, como buen amigo, le das al “me gusta” pero prepárate porque empieza la tortura. Pero, ¿por qué?
Porque tu muro empieza a transformase en fotos de carros de bebés o fotografías de peluches. Sin embargo eso no es lo peor de todo. Ahí la tenéis, delante de vosotros. Sí, estáis viendo la foto de la primera (segunda, tercera…) ecografía de los orgullosos papás. Y es que está claro que no tienen ningún pudor en publicar y proclamar al mundo on line que van a ser padre o madre y que, además, están muy orgullosos de ello. Y nosotros sabemos todo eso gracias a la última ecografía en 4D en la que se puede ver hasta si el niño ya viene con el pan debajo del brazo e incluso podemos adivinar si el pan es de soja o de pueblo.
¿Por qué abrimos desde el minuto cero la vida de nuestros hijos al mundo digital? ¿Por qué tenemos que compartirlo todo? ¿No vale con un simple comentario de estado y decirle así a tus amigos que serás padre? Pero no es así, tenemos que poner las fotos de la ecografía, y hay que ir preparándose porque en cualquier momento veremos en el último estado de nuestra amiga una foto del momento del parto con el niño en brazos. Llegados a este punto cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto exponemos nuestra vida, y la de nuestros hijos, en Facebook?
Estoy totalmente de acuerdo. Creo que las redes sociales tienen muchas cosas buenas porque nos permiten comunicarnos y reencontrarnos con personas que hacia tiempo que no conectabamos pero la privacidad se ha dejado de lado y no creo que haya que meternos hasta la cocina de las casas y menos publicar las ecografias de tu hijo.