El volumen de información global en 2006 y los nuevos soportes permitían que cualquier usuario estuviera en virtud de anticipar un contenido ‘noticioso’ a un medio de comunicación convencional, y el periodista permanecía en guardia ante el nuevo cauce por el que discurría el negocio de la comunicación. Ese mismo año en California, un desarrollador de software de 29 años presentó una estructura de microblogging que bautizó como twitter. A partir de ahí la película cambió, y de qué manera. En tan solo siete años se pasó a una comunidad de 200 millones de usuarios que generaban 65 millones de mensajes al día gracias a un sistema asombrosamente sencillo, de ahí la popularidad que rápidamente se extendió como una pandemia entre las masas.
Marketing y deporte históricamente han sido una ecuación rentable, más si cabe a raíz de la incursión de las redes sociales. Los clubes de fútbol son sabedores de que para sacar rendimiento a la gallina de los huevos de oro necesitan gabinetes especializados que delimiten las directrices e imagen que desean vender de cara al gran público, aunque lo que sucede en la actualidad hace tiempo que se les escurrió de las manos.
Conjuntos como el Manchester United hace tres años llegaron a prohibir a sus jugadores manifestarse a través de redes sociales con la intención de poder controlar de manera centralizada la política de comunicación. Visto el aluvión de protestas y el crecimiento exponencial de este sector, acabaron rindiéndose a la evidencia y observaron que su estrategia presentaba grandes brechas. Hasta hace poco los equipos dosificaban con cuentagotas y ‘guionizaban’ las intervenciones de sus jugadores en los medios de comunicación. La mutación de este medio ha derivado, para desgracia de las directivas, que en cualquier momento y de manera espontanea, un futbolista puede regalar a sus seguidores una ‘perla’ informativa que los medios de comunicación rápidamente se encargan de difundir.
Los cracks de la Liga, Calcio o Premier League cuentan con millones de ‘followers’ que arden en deseos de que se manifiesten. Cada palabra que expresan tiene su particular repercusión y eso en el mundo del periodismo deportivo es un filón. Hoy no se entiende el ‘Breaking News’ sin seguir los perfiles de estos deportistas que nutren la actualidad. Junto a ellos, medios internacionales, corresponsales de una punta a otra del planeta y una amplia masa de aficionados que interactúan los unos con los otros.
Todo lo que envuelve el mundo del deporte, por nimio que parezca, es sustancioso de convertirse en noticia. Un inocente comentario del representante de un jugador en un momento determinado, una foto de la pareja de un golfista…, cualquier detalle puede valer su peso en oro, por suerte para los que hacen o hacemos negocio de la información.
Los profesionales saben del poder que tienen sus palabras y ven las redes sociales como una oportunidad de oro para que su popularidad se agigante y su franja de auditorio siga creciendo como la espuma. De ahí que alimenten a sus seguidores con fotos cotidianas, estados de ánimo… Un gran circo en el que todos participan y donde cada uno busca su parcela de protagonismo y del que obtienen su particular rédito.
Ejemplo clarificador de este poder lo observamos en el caso del reciente fichaje de Rafa Benítez por el Napoli. Una vez anunciado que el entrenador español no continuaría en el Chelsea varios equipos europeos se habían interesado en hacerse con los servicios del técnico madrileño.
Los rumores situaban al campeón de la Champions del 2005 en la órbita de varios equipos italianos pero no existía nada oficial. A todo ello, el presidente del Nápoles, confeso fanático de la red social del ‘pajarito’ había anunciado semanas antes que guardaba un regalo para sus seguidores, lo cuál hizo crecer la expectación y su número de followers, perro viejo Aurelio De Laurentiis.
Y así fue, el 27 de mayo de 2013, sin convocar una rueda de prensa o un comunicado oficial en la página web del Club, el dirigente transalpino publicó en su cuenta personal una foto en la que aparecía dándole la mano a su nuevo fichaje, y en la que apostillaba: “Rafa Benítez es el nuevo entrenador del Nápoles. Un hombre de gran experiencia internacional”.
Paradigma del nuevo modelo de comunicación hacia el que nos dirigimos y del vigor y convocatoria que representan las redes sociales. Una fuente de la que todos bebemos, pero que sin duda se ha convertido en un arma de doble filo.
La urgencia que representan los entarimados ‘non stop’ obliga a que los medios de comunicación compitan por ser los más rápidos, de ahí la figura obligada de los denominados ‘Hot News’ en las redacciones, que se encargan de filtrar contenidos y dar voz de alerta. Llegar antes que nadie a la noticia y fidelizar usuarios es una jugosa recompensa. Aunque en ocasiones luchar por esa inmediatez acaba derivando en postergar a un segundo plano los principios básicos del periodismo.
Contrastar corre el peligro de convertirse en una palabra en desuso y los consumidores de información ‘marginan’ a los medios que no se adecuan a sus necesidades. Sociedad de la información xpress y del ‘pájaro azul’, en la que los plumillas más puristas y los diarios de papel.
Post escrito por Victor Alvarez Montoya, periodista deportivo en Terra.
